Hoy desperté con la sensación de que el día tenía un brillo distinto… quizás porque es mi cumpleaños, o quizás porque cada año que pasa me siento más plena, más poderosa y más consciente de la mujer en la que me he convertido.
Mientras veía mi pastel, no pude evitar sonreír… no por las velas, sino por todo lo que representan: cada experiencia, cada tributo, cada caricia y cada mirada que me ha recordado que soy tentación pura.
Ser Bella Tentación no es solo un nombre, es un estilo de vida, un personaje que he construido con deseo, pasión y fuerza. Y hoy, en mi día, me siento orgullosa de celebrarlo, de disfrutarme y de compartir este instante con quienes saben que estar cerca de mí es un regalo en sí mismo.
Quizás muchos esperan que pida un deseo al soplar las velas… pero la verdad es que yo ya tengo lo que quiero: poder, placer y la dulce adoración de quienes me rodean.
Un año más, y sigo siendo un secreto delicioso y una confesión prohibida en el corazón de muchos.
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