La historia sobre los beneficios del semen procedería de tiempos de Cleopatra, quien al parecer, lo usaba como regenerador y vitalizador de la piel. En la antigüedad el semen era considerado como un elemento casi sagrado, vigorizante y con innumerables funciones.
Según las leyendas, basadas en los registros de papiro de la época, la última reina del Antiguo Egipto, Cleopatra, tenía a su disposición un esclavo que le proveía el líquido para aplicárselo todas las noches en el rostro y así preservar su belleza de la que da cuenta la historia. Este “preparado” al parecer era “su crema de belleza”.
Además, el semen, secreto de belleza atesorado por Cleopatra, está volviendo a instaurarse en nuestros días como un buen aliado del cutis. Por sus propiedades astringentes, rehabilitadoras y antioxidantes se le considera un elíxir para la piel. No se trata de aplicarlo en estado puro, sino que se lo comercializa en cremas que contienen, además de otros ingredientes, las proteínas del mismo. El semen contiene un antioxidante llamado “espermina”, el cual disminuye las arrugas, suaviza la piel e incluso alivia el acné. Esta propiedad es bien conocida por la empresa noruega Bioforskning AS Norway que sintetizó el componente (Spermine) y ahora lo comercializa como ingrediente de una de sus cremas faciales. Sus productos se basan en la investigación y desarrollo sobre la Spermine, que consideran antioxidante más eficaz contra el envejecimiento. Documentación científica demuestra, entre otros beneficios, que la Spermine es capaz de:
retrasar el envejecimiento
penetrar en la epidermis
estimular los procesos de reparación del ADN de las células